¿CÓMO AFRONTARLO?
Con la asesoría de psicólogos, te contamos cómo puedes asumir el tema, pero ante todo, lo que ellos recomiendan, es que no seas tú quien está dando el mal ejemplo. La verdad, es que los hijos tienden a imitar lo que sus padres hacen y son su referente a seguir en comportamiento y actitudes.
Cabe decir que a veces, los padres no se dan cuenta de lo que están transmitiendo a sus hijos y exigen algo que no han enseñado, o aquello en lo que cometen errores. Por ello debes tener especial cuidado en pedirles que hagan por ti, cosas que no quisieras que hicieran nunca. Por ejemplo, algo tan simple como que tu hijo responda el teléfono y sea una llamada para mamá y le digas que responda que no está, cuando está a su lado, le dará un mensaje confuso de lo que es correcto o no. Lo pones a pensar que las mentiras son posibles cuando las dice papá o mamá, o que son buenas en algunas ocasiones.
Ahora, es necesario saber que las mentiras en los pequeños pueden aparecer por varios aspectos: miedo, búsqueda de atención y afecto, evasión de castigos, presión de grupo, estrés, entre otros. Es decir, generalmente hay una razón de fondo que los lleva a actuar de esa forma. Aunque los adultos creen que los niños no entienden algunas situaciones, ellos tienen gran habilidad y capacidad para explorar y comprender cómo funciona lo que sucede a su alrededor; esto incluye el comportamiento de los demás.
Todo aquello que los niños vivan en su edad temprana los llevará a que en la adultez, repitan esos comportamientos aprendidos, como por ejemplo las mentiras, sin importar las consecuencias que estas traigan ni el cómo pueden afectar a los demás. Los pequeños están mucho más atentos a la manera cómo actúan sus padres que a lo que dicen. Por esto, es fundamental empezar por tener un cambio de actitud. De ese modo, el menor irá reconociendo que sus padres son coherentes con sus actos.
Además, indican los especialistas, los niños pueden darse cuenta de que no somos perfectos, pero esa no es una justificación real que les ayude a entender que no es correcto decir mentiras. De allí que sea primordial, que demos a los pequeños un entorno familiar positivo en el que no se den conductas negativas y que se identifiquen con personas que les den buen ejemplo.
Cómo puedes dar buen ejemplo
Enséñale que mentir es una conducta negativa. Si tu niño miente no solo debes reprenderlo por ello, es necesario que le expliques que las mentiras tienen consecuencias y que lo afectan a él pero también a los demás y, que además, trae consecuencias.
Procura que tenga confianza en ti y dale la oportunidad de ser sincero, aunque lo que te diga merezca un llamado de atención, pues al reforzar su sinceridad le llevará a que diga siempre la verdad.
No utilices castigos desmedidos e inadecuados, pues si tu hijo dice una mentira el correctivo debe ser coherente con la falta, pues de lo contrario, si el castigo es demasiado severo, tu hijo tratará siempre de ocultar la mentira para evitar tal reprimenda.
Enséñale a tener autoconfianza para que no busque la aprobación de los demás. Pues a veces surge la tentación de mentir para que no ser objeto de burlas o recriminaciones tanto de pares como adultos.
No mientas ni esquives preguntas comprometedoras o difíciles de los niños, pues esto les dará un mensaje equivocado de que se puede mentir de vez en cuando. Mejor dile sinceramente que no sabes la respuesta o que vas a buscarla y luego hablarán del tema.
Nunca le prometas o le digas algo que no vas a cumplir, pues están dando ejemplo de mentiras y eso le dará una idea errada de lo que es mentir.
No te rías ni celebres una mentira, aunque sea graciosa. Los pequeños no deben sentir que existe algún tipo de aprobación o reconocimiento ante un embuste.